Un niño de dos años a menudo está aprendiendo a saber esperar, a manejar la frustración, a aceptar un no por respuesta, y la primera vez que tiene una rabieta todo eso se borra de su mente y pierde el control como nunca antes lo había hecho. A veces, esto sucede de una forma tan brusca que incluso el niño se asusta (“¿Qué fue eso?”), y se pondrá a llorara y necesitará protección para reafirmarse. A partir de este momento, el niño sabe lo que está haciendo y ya controla la situación (“Jo, estoy chillando a todo pulmón, ahora un poco de pataleo y otro poco de llanto, ¡eso es!”).
Esto es lo que hay que hacer:
1 TERMINE CON LAS CONCESIONES. El primer paso esencial es que usted se decida y nunca vuelva a darle a su hijo lo que le solicita después de una rabieta; no importa si lo ha hecho en el pasado.
2 OCUPARSE DE LO PRÁCTICO. Haga lo que sea para soportar una rabieta una vez que ésta ha comenzado; algunas personas se retiran y lo ignoran, o les tienen cogidos hasta que se les pasa. Eso depende de usted y de la situación, pero lo más importante es prevenir el futuro, lo que nos lleva al próximo paso.
3 CONCLUIR CORRECTAMENTE. Una vez que ha desaparecido la rabieta, hágale saber al niño que seguramente tiene algún problema, y que expresar la cólera de ese modo no sirve para nada. Dígale que debe quedarse un rato en su habitación o en una esquina del salón o que debe esperar a que usted regrese del supermercado para hablar de lo que ha pasado, explíquele qué era lo que estaba estorbando al principio y lo que debería haber hecho. Lo importante es que ellos sientan que esa actitud les trae problemas y que no merece la pena repetir la función.
4 DESCÚBRALAS ANTES DE QUE SE MANIFIESTEN Y ATAQUE PRIMERO. Debe aprender a prevenir nuevas rabietas. En cuanto comience una rabieta, domine usted verbalmente al niño, muéstrele que está furioso, hable en tono más alto y más severo (¡no espere a estar furioso, simule que lo está!). El objetivo es que a su niño ni se le ocurra mencionar aquello que pretendía obtener mediante la rabieta.
5 PLANIFICAR MEJOR LAS COSAS. Evite las circunstancias más molestas para usted y su hijo. Reconozca que algunas situaciones son frustrantes para usted y su hijo y, por tanto, haga cuanto esté en su mano para minimizar esas situaciones.
Saludos,
Maite
www.psicologosbonnet.es